¡Buenas tardes, everyone!
Vengo a hacer una entrada larga y ligeramente controvertida. Antes de que se me suban a las barbas, clarificar que estoy tratando este tema con la intención de defender nuestro derechos como mujeres y en un tono respetuoso. Entenderé que se ofendan, pero espero que sepan comprender el punto principal del post.
Pura estadística
Desde 2010 han debutado más de 70 grupos femeninos en la industria. A priori parece una cantidad razonable teniendo en cuenta la oleada de idols que han aparecido en la industria de un día para otro (sobre todo desde 2012). Sin embargo, si observamos esta lista es comprobable que la producción de grupos femeninos supera con mucho a la de las bandas masculinas.
Si analizamos el público objetivo de la industria en Corea nos damos cuenta de que el segmento de hombres "adictos" al K-pop es significativamente menor en relación con el público femenino. ¿En qué nos basamos? Por favor, diríjanse a Twitter, Tumblr, Youtube o fansites y hagan sus propias cábalas. Si además incluimos el público internacional, mercado al que se está prestando más que atención a día de hoy, será mucho más fácil encontrar una mayoría aplastante de mujeres.
El 90% de mujeres que conozco, entre las que me incluyo, generan beneficio real a las compañías a través de la compra de álbumes. En dicho grupo, tan solo un 20% generan beneficios a grupos femeninos a través de la compra activa de sus discos.
Teniendo en cuenta que he utilizado un grupo de 20 personas, si intentamos aplicar esto para los 10 millones potenciales de personas al rededor del mundo que generan beneficio activo a esta industria, solo el 15% del público femenino compra álbumes de mujeres.
Si hablamos de fans masculinos, la gráfica podría estar en el extremo opuesto. Pongamos que los hombres componen un 10% del público total de la industria. Si extraemos directamente su porcentaje y lo sumamos al de las mujeres nos encontramos con que solo el 25% total de la industria genera beneficios para los grupos de mujeres frente al 75% de los grupos masculinos.
Teniendo toda esta demagogia de datos, ¿cómo puede ser rentable la explosión femenina que ha habido en la industria? Parece que las compañías han caído en una estrategia de dos axiomas que no fallan en ninguna circunstancia.
El eterno biconcepto
Al igual que el propósito de los grupos masculinos es complacer a las fans, la intención de las mujeres es hacer lo mismo con el sexo opuesto. Independientemente de lo conspiracionista que suene, el K-pop no se queda en una mera estrategia de marketing para doblegar Asia a los pies de Corea, sino que también puede ser entendido como el "alivio de tensiones" o "efecto narcotizante" que explica Robert K. Merton en sus teorías sobre la comunicación. Mientras los ciudadanos estén más pendientes de unnie y oppa, menos se preocupan de la reforma laboral/social que implantamos. O así supongo que pensarán.
Sigo suponiendo que las compañías operan más o menos parecido. ¿Cómo podemos "narcotizar" a un público masculino que tiene cosas mejores que hacer que adorar a mi producto? Es tan fácil como ofrecer dos cosas que sabemos que no fallan: Un concepto aniñado, dulce, tintado de tonos pastel y que recuerde lo suficiente a la arraigada pederastia que impera en el continente asiático, o, un concepto sensual, de mujer posicionada y consciente de su sexualidad que es capaz de enseñar su cuerpo y exhibirlo con total libertad. La segunda opción suena demasiado bien en teoría, no tanto en la práctica.
La raíz del "éxito" radica en estos dos planteamientos. Si no, preguntémonos cuántas veces nos hemos dicho «¿En el próximo concepto irán de cute o sexy?». La industria no solo ha conseguido ahorrar mucho dinero a la hora de desarrollar conceptos para los grupos femeninos, sino que además han sido capaces de hacer que nos planteemos cualquier otra cosa como público.
Partiendo de la premisa de que la mujer aún no ha conseguido la revolución por sus derechos como individuo dueño de su cuerpo aún, no podemos plantearnos un concepto sensual como el que describí en párrafos anteriores. Las mujeres que enseñan sus cuerpos, que provocan a su público a través de sus MVs y sus coreografías son las víctimas de las críticas más duras en las páginas de noticias coreanas. La escandaliza sociedad, ya cansada de tanta industria del pop, vierte su ira contra estas "pobres chicas" que se ganan el pan todos los días en el escenario. Pero, ¿tienen razón? Como diría mi abuela, «hay de todo, como en la viña del señor».
Pongamos un par de ejemplos:
Recientemente ha salido el último videoclip de Stellar, un grupo que ya lo ha intentado prácticamente todo y que, aún habiéndose aprovechado del nombre de Shinhwa en más de una ocasión, no han conseguido abrirse camino del todo. El CEO de turno se ha subido al carro del concepto sexy con toda la buena intención. «Si a todo el mundo le funciona, ¿por qué a mi no?» pensaría el pobre canalla.
La estrategia fue muy simple: Publicamos una foto en Facebook de la chica con poca ropa pero completamente borrosa, aunque lo suficiente como para que se intuya el tipo de foto que estamos publicando. A medida que vayamos consiguiendo "Me Gusta" iremos destapando una parte de la foto.
Una buena manera de atraer la atención sobre un grupo que prácticamente no tiene seguidores y que de esta manera conseguirá un puñado de fans para comprar los suficientes CDs y que asistan a las promociones. ¿Ética? ¿Respeto por el cuerpo de la mujer? El CEO no sabe de lo que estamos hablando.
Sigo suponiendo que las compañías operan más o menos parecido. ¿Cómo podemos "narcotizar" a un público masculino que tiene cosas mejores que hacer que adorar a mi producto? Es tan fácil como ofrecer dos cosas que sabemos que no fallan: Un concepto aniñado, dulce, tintado de tonos pastel y que recuerde lo suficiente a la arraigada pederastia que impera en el continente asiático, o, un concepto sensual, de mujer posicionada y consciente de su sexualidad que es capaz de enseñar su cuerpo y exhibirlo con total libertad. La segunda opción suena demasiado bien en teoría, no tanto en la práctica.
La raíz del "éxito" radica en estos dos planteamientos. Si no, preguntémonos cuántas veces nos hemos dicho «¿En el próximo concepto irán de cute o sexy?». La industria no solo ha conseguido ahorrar mucho dinero a la hora de desarrollar conceptos para los grupos femeninos, sino que además han sido capaces de hacer que nos planteemos cualquier otra cosa como público.
¿Sexualidad o provocación gratuita?
Como apuntaba anteriormente, el concepto "sexy" es mucho más bonito en la teoría que en la práctica. No se olviden, fans del kpop, que Corea no se asemeja lo más mínimo a nuestra sociedad (a pesar de que cada día las mujeres tengamos menos derechos de decisión). Corea del Sur aún concibe a la mujer como la esposa de familia. Una mujer puede trabajar, una mujer puede ser la mejor de su clase en la universidad, pero a la hora de la verdad, su vida esta concebida para dedicarse a sus hijos y a su marido. Las cadenas de una sociedad anclada en valores tan arcaicos impiden por completo que una mujer pueda llegar a desarrollar una idiosincrasia alejada de formar una familia tradicional. Estoy generalizando, por supuesto, pero es precisamente en la generalización donde tenemos que descubrir el nicho de críticas a todos los grupos femeninos que expondré a continuación.Partiendo de la premisa de que la mujer aún no ha conseguido la revolución por sus derechos como individuo dueño de su cuerpo aún, no podemos plantearnos un concepto sensual como el que describí en párrafos anteriores. Las mujeres que enseñan sus cuerpos, que provocan a su público a través de sus MVs y sus coreografías son las víctimas de las críticas más duras en las páginas de noticias coreanas. La escandaliza sociedad, ya cansada de tanta industria del pop, vierte su ira contra estas "pobres chicas" que se ganan el pan todos los días en el escenario. Pero, ¿tienen razón? Como diría mi abuela, «hay de todo, como en la viña del señor».
Pongamos un par de ejemplos:
Recientemente ha salido el último videoclip de Stellar, un grupo que ya lo ha intentado prácticamente todo y que, aún habiéndose aprovechado del nombre de Shinhwa en más de una ocasión, no han conseguido abrirse camino del todo. El CEO de turno se ha subido al carro del concepto sexy con toda la buena intención. «Si a todo el mundo le funciona, ¿por qué a mi no?» pensaría el pobre canalla.
La estrategia fue muy simple: Publicamos una foto en Facebook de la chica con poca ropa pero completamente borrosa, aunque lo suficiente como para que se intuya el tipo de foto que estamos publicando. A medida que vayamos consiguiendo "Me Gusta" iremos destapando una parte de la foto.
![]() |
(Cr. Netizenbuzz) |
Otra perlita nos la presenta Rainbow Blaxx. Donde ya pensábamos que era poco humillante que los teasers de la sub-unidad fueran "full body scans" de cada una de las integrantes, el MV no baja el listón.
Como podemos ver en estas dos capturas del vídeo, las chicas se nos presentan como unas pseudoprostitutas de lujo dominadas por una madam malvada que obtiene beneficios (perlas) de ellas. Explicaciones sobre el MV propuestas por la compañía a parte, y como ya he explicado en más de una ocasión, las metáforas mal explicadas por el director del vídeo nos llevan a la conclusión de la venta de los perfectos cuerpos de estas chicas.
Estos dos grupos ejemplifican perfectamente el asunto a tratar, pero desgraciadamente no son los únicos, ni tampoco una humilde menoría.
Un callejón sin salida
Los resultados directos de estos movimientos de marketing por parte de las compañías es que las víctimas de la crítica son las propias integrantes de los grupos. ¿Quién no ha oído alguna vez lo indecente que es Hyuna (4minute) o lo descaradas que son Girls' Day? Lo que nos lleva a la eterna justificación «la culpa es de la compañía». Puedo concederle a la compañía la decisión de querer vender un producto cueste lo cueste, pero no puedo evitar pararme a pensar que las integrantes de los grupos deberían tener un poder de decisión sobre las líneas que no quieren cruzar por respeto a sí mismas.
Por enésima vez, no estamos hablando de Estados Unidos, Inglaterra, España o cualquier sociedad que haya sido capaz de romper los estereotipos de mujer de los años 50. Y el punto no solo reside en la opinión pública mayoritaria, si no también en lo que ellas mismas conciben de su cuerpo. Al no apreciarse la posibilidad de que una mujer pueda ser tan sexualmente activa como un hombre sin consecuencias, no podemos deshacernos de la idea de mujer-objeto que nos venden los productores de turno. Si la revolución sexual femenina que nombraba antes hubiera tenido lugar en Corea, si las canciones dejasen de rogarle a "oppa" su amor mientras se abren de piernas en el escenario, GaIn podría quitarse toda la ropa durante un stage y ser considerado arte. Y ahí, es precisamente donde reside la idea. Los conceptos visuales van acompañados de una música (cosa que a menudo olvidamos en el K-pop), una letra que nos habla de una mujer desesperada porque la quieran, que pide al hombre al que ama que la ame para siempre, que necesita un hombre. Todo ello, por supuesto, con menos ropa que un desfile de Victoria Secret.
Una bonita conclusión sería dar un discurso de como miss A nos ofreció una preciosa visión completamente diferente con I Don't Need A Man, como Girls' Day aclamaron los derechos de la mujer con Female President y alguna excepción más. Pero la triste realidad es que mientras grupos como miss A luchan por hacer mella en la conciencia social con canciones como esa, el 90% de grupos femeninos están obligados a tirarlo por tierra.
Al final del camino, cuando decidimos lo que somos como personas, lo que nos queda son las decisiones que hemos tomado. Una utopía más podría ser pedirles a las chicas una rebelión real para que en pantalla tuvieran opción a arriesgarse y salirse del biconcepto. Pero lo que sí podemos hacer como público es juzgar. No se olviden, queridos lectores, que el poder está en sus manos. Analicemos con conciencia si por lo que se nos está ofreciendo merece la pena pagar los dichosos gastos de envío. Pensemos en si en realidad estamos ayudando a los grupos dando beneficio y potenciando una industria que para las chicas está apresada. Reflexionemos si realmente les estamos haciendo un favor, o si, por una vez, podemos hacer algo bueno por estas chicas y demostrar que una mujer puede hacer sobre un escenario algo más que parecer que tiene 12 años o es una prostituta.